Ayer, 23 de septiembre, se cumplió un año desde que vivo en Barcelona. De verdad parece que fue ayer cuando hice las maletas y me vine a esta preciosa ciudad, a punto de comenzar un máster y sin saber qué me encontraría. Tuve suerte. Mis compañeros de clase fueron geniales, los mejores. Aprendí muchísimo de iluminación, de estrategias publicitarias y de moda. Fue un año que pasó rapidísimo, lleno de buenos momentos. Sólo espero que el próximo sea igual o mejor.

El sábado pasado continuamos con las despedidas de dos de nuestros compañeros que se vuelven a sus países. Fue una noche no muy larga pero entretenida, casi superando el aforo de nuestro salón. Sin duda repetiremos veladas como estas aunque ya no estemos todos. Así es la vida, y es lo que tiene viajar y moverse por el mundo. Conoces gente que forman parte de tu día a día hasta que ya no, y al principio se te hace muy extraño pero luego lo recuerdas con mucho cariño, como una etapa que fue y que tuvo que ser.

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A todos los que os habéis ido, os deseo lo mejor allá donde vayáis.

Justi, fue un placer conocerte, siempre estuviste ahí, eres la única amiga compatriota que tengo y te vamos a extrañar. Tranqui que te cuidamos a Roberto.

Pero volvé.

M.