Cuidarse y quererse más

A raíz de muchos asuntos he decidido cambiar algunos aspectos de mi vida. Concretamente de mi vida “saludable”. Nunca he sido una persona de cuidarse. Comer he comido siempre lo que me ha dado la gana, y aunque no soy una flacucha tampoco soy una obesa. Es un punto medio. Independientemente de esto tengo ganas de llevar una vida mejor. Quiero comer más sano, y aunque suene a tópico, me he propuesto comer más verduras/fruta/hortalizas/legumbres. Me gustaría poder llevar una vida de anuncio estilo “haz ejercicio y lleva una dieta equilibrada”.

Cosa que nunca he hecho por lo que he mencionado arriba, porque nunca me he cuidado.

Nunca me ha importado. No sólo con la comida, también con el ejercicio. Soy una persona sumamente vaga y perezosa y dado que mi trabajo es un trabajo que se realiza sentada en una oficina/estudio no me vendría mal algo de movimiento.
Corporalmente tampoco me he cuidado nada, aunque eso esté a punto de cambiar. Siempre me ha gustado llevar el pelo largo y teñido, y mi madre siempre me decía “para llevar el pelo largo hay que cuidarlo, para llevar el pelo teñido hay que cuidarlo”. Pero yo siempre he pasado de estos temas. Ahora, con este intento de mimarme más estoy preocupándome por estos asuntos, y ya que lo hago, estoy intentando hacerlo de forma natural.

Sí, ya sé que parece que vivimos en la era de lo natural. Todo es natural, ecológico, orgánico, sin pesticidas, sin parabenos, sin siliconas… pero quizá esto es lo que debería ser lo normal, no? No me voy a poner en plan ecologista, aquí cada uno que vaya por el camino que prefiera, pero en mi caso, en la medida de lo posible, intento tomar opciones más naturales y menos contaminantes. En la medida de lo posible, he dicho.

Volviendo al tema de cuidarse, he empezado a usar champús naturales sin esas cosas raras difíciles de pronunciar con sus -cones y sus -xanes y la verdad es que lo he notado. Ahora he querido dar un paso más.

Soy una persona de piel sensible. Sé que suena ridículo pero es así. Muchos productos me irritan, al mínimo roce/picadura mi piel se resiente y el hecho de que me rasque como una bestia salvaje no contribuye a mejorar mi salud dérmica. Llevaba un tiempo buscando una hidratante facial (una cremita para la cara, vaya) para tener la piel en un mejor estado, o en un estado razonable (recordemos que os he dicho que no me cuido nada, no me haga nada, soy un desastre) y entonces un día me topé con una señora muy amable llamada Rosemary Gladstar que tiene un vídeo muy bonico donde ella, que es muy bonica también, te enseña a hacer una crema facial casera.

Y no hace falta que diga más: me lancé a hacerlo.

En resumen, la crema se basa en una mezcla de aceites naturales y agua mineral. Se mezcla todo y el resultado te sorprenderá es una maravilla.

Os dejo unas fotitos de los ingredientes que utilicé (la mayoría los compré en una tienda online que vende cosas naturales para hacer productos cosméticos) y del resultado final:

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Estos son los ingredientes que tenía (aunque al final no los usé todos):
– Aceite de Coco (soy muy fan, vale para todo, yo lo uso especialmente para el pelo)
– Manteca de Karité
– Manteca de Cacao
– Manteca de Mango
– Cera de Abeja
– Aceite de Argán

Lo primero que hice fue derretir al baño maría los aceites.
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Después dejé que se enfriara. Se volvió con una textura viscosa y más sólida. Fui añadiendo el menjunje lentamente a la batidora (que ya tenía el agua mineral).

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Cuando está todo mezcladito queda una crema con una textura muy suave, que con las horas va tomando cuerpo y se va solidificando hasta tener el tacto de las cremas típicas rollo Nivea. Para ser la primavera vez que hago este tipo de cosas no me ha quedado nada mal.

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Estoy muy contenta, y a riesgo de parecer una loca, lo recomiendo totalmente :)