¿San Valentín?

Hoy, 14 de febrero, uno no puede evitar recordar que se celebra el famoso «San Valentín«.
Lo que ocurre es que existen diversas posturas acerca de esta celebración, ya que muchas personas (por no decir la mayoría) la aceptan, celebran y transmiten. Otros (como es mi caso) reniegan de ella.
Este conflicto hacia esta celebración me hace recordar las palabras de una sabia mujer: «Es una tontería rendirle culto a los muertos el 1 de noviembre, pues si les has querido y les quieres los recordarás todos los días de tu vida». La sociedad no tiene por qué regir estos impulsos, no tenemos por qué recordar abuelos, padres y hermanos el 1 de noviembre, o amar a nuestra pareja con más fuerza el 14 de febrero. Historias aparte del consumismo generado por esta celebración, las personas que de verdad comparten su amor son capaces de demostrárselo todo el año, y no cuando los convencionalismos lo requieran.
Este es uno de los principales motivos por los que estoy en contra de San Valentín. Algunos me han llamado «underground«, otros dicen «qué asco que esté de moda oponerse a las celebraciones sociales», etc. Yo lo veo una tontería, pues si empleo argumentos junto a mis afirmaciones mi posición es totalmente válida, pero a veces es difícil que la gente lo comprenda.

Me gustaría remitirme al inicio de esta celebración, de ser así (ya que hay numerosas versiones)  el famoso día de «San Valentín» tendría un significado e inicio bastante curioso y aceptable:

«Dice la historia que el origen de San Valentín comenzaría en la Roma del siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido. En este periodo también se prohibía el matrimonio entre los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla que los hombres casados porque no estaban emocionalmente ligados a sus familias.

Es en estas circunstancias cuando surge la figura de San Valentín, un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decide casar a las parejas bajo el ritual cristiano a escondidas de los ojos romanos.

Valentín adquiere por proteger a los enamorados y auspiciar bodas secretas gran prestigio en toda la ciudad y es llamado por el emperador Claudio II para conocerle. El sacerdote aprovecha aquella visita para hacer propaganda de la religión cristiana y convencer al emperador para que siga los pasos de Jesús. Aunque en un principio Claudio II se sintió atraído por aquella religión que los mismos romanos perseguían, los soldados y el propio Gobernador de Roma le obligaron a desistir y organizaron una campaña en contra de Valentín. El emperador romano cambió de opinión y ordenó al gobernador de Roma que procesara al sacerdote.

La misión de condenar al sacerdote la tuvo que llevar acabo el lugarteniente, Asterius. Éste, cuando estuvo delante del sacerdote,  se burló de la religión cristiana y quiso poner a prueba a Valentín. Le preguntó si sería capaz de devolver la vista a una de sus hijas que era ciega de nacimiento. El sacerdote aceptó y en nombre del Señor obró el milagro. El lugarteniente y toda su familia se convirtieron al cristianismo pero no pudieron librar a Valentín de su martirio. San Valentín fue ejecutado un 14 de febrero»

Fuente: http://www.sanvalentin.com/historia/

En definitiva, cada uno es libre de hacer lo que le plazca y celebrar las fiestas que quiera, pero yo, personalmente, considero que hay mejores cosas que hacer y mejores cosas en las que gastarse el dinero que en estúpidos peluches que dicen «te quiero», bombones que tras pasar por los labios desaparecen y rosas que con los días no dejan ni el recuerdo del San Valentín de ese año.